Ahora hace un año que empezó nuestra
tormentosa y poco querida relación, esa inexorable convivencia que intentaremos
llevar a buen fin. Me quisiste, primero, robar la visión, y de hecho en parte ha sido
así. No todo lo que quisiste al principio, y es que el egoísmo no es bueno en
una relación. Quisiste que no pudiera ver crecer a mi hermano, ver sonreír a mi
compañera más querida, ver quererme a mis padres, ver feliz a mi familia,
disfrutar de mis amigos. Al fin y al cabo intentaste alterar el ritmo de mi
vida y yo es que no soy de amores tan reñidos.
Más tarde quisiste que dejara de
sentir las caricias de los míos, el terciopelo de sus mofletes, los abrazos de los más queridos, los besos de mis tesoros…
No me robaste la fuerza, no sé si
lo harás, pero no dejaré que me hurtes la energía ni la sonrisa. Estos que
antes he nombrado cimentaron mis ilusiones y ahora me levantan cuando flojeo.
Sonrío porque es mi mejor arma,
porque mi vida ha tomado un nuevo rumbo. Porque no podrás robarme la ilusión.
Fdo. Nacho, el que te sonríe a pesar de todo.
