Y bien, digo que “nos robaron el
Sol” porque ahora, a las 16:00 en la capital de Sajonia, tras haber leído la
imputación de la infanta, los viajes de Monago a Canarias y un largo etcétera de
actos de mangantes, así como el supuesto fin del bipartidismo a manos de Pablo
Iglesias me asomo a la ventana y veo el triste “Willkommen” del invierno
alemán: la OSCURIDAD.
Hay determinados aspectos de la
migración que no reflejan las estadísticas, que no sirven de arma arrojadiza en
los debates políticos, que no dan color a las historias de los noticiarios. Que
nosotros los emigrantes solo queremos regalar sonrisas de Skype a nuestras familias y no lágrimas
de teclado. Que no interesan nuestros inviernos tristes, sólo las
almendradas vueltas a casa por Navidad y
el supuesto carácter aventurero de nuestra experiencia foránea ¡Lástima de
eufemismos!
¿Robado el derecho a disfrutar
del sol de nuestro país? Mejor dicho, robada la oportunidad de disfrutarlo con
quien nosotros queremos. Y es que la mayoría de los que aquí fuera estamos no
ha sido por iniciativa propia como connota el aspecto aventurero que decía
alguien de nuestro “desgobierno”. Todo este “desconformismo” nace de no haber
sido dueños de esta gran etapa en nuestras vidas, de no haber sido nosotros los
que decidamos escribir este capítulo .
Nos robaron el sol y nos robaron
el futuro, a veces la ilusión.