Valiente la que me llevaba el
desayuno por las mañanas, valientes las que meses después me dan aún los buenos
días por Whatsapp. Valiente la que dormía
conmigo algunas noches, la que me negó rendirme a no intentar un futuro mejor
fuera de aquí, valiente las que me van a despedir al aeropuerto. Valiente la
que me daba el beso de buenas noches, la que me traía las natillas, la que me
cocinaba el pastel de Zanahoria, la que me ponía el hombro cuando estaba triste,
los que me llevaron de vacaciones. Valiente el que me sacaba a desayunar la
tostada de pan con tomate. Valiente el que lloraba conmigo cuando parecía que
no lo ibamos a conseguir, el que comparti todo su tiempo libre conmigo. Valientes los que me iban a visitar tarde sí y tarde también. Valientes los ángeles que aparecieron para ayudarme. Valientes los que se
quedaban a hacerme compañía. Valiente con la que comparto todos los nuevos
retos. Valientes los que se siguen preocupando por mi. Valiente el niño que pide siempre por su hermano. Valientes los que se acuerdan de mi.
Todos estos valientes pusieron su
granito para hoy yo estar aquí. Gracias
valientes por dejarme estar hoy con la Merkel.
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